No mira al infinito, no mira a ningún lugar.
Espera con la mirada fija en alguna parte.
Desenfoca y piensa: ¿qué hago aquí? sé que no vas a llegar, no ahora que te espero.
El monólogo interior se eterniza mientras el hielo sucumbe al paso del tiempo.
La copa medio vacía pasa a estar medio llena.
Enfoca y piensa: ¿qué hago aquí?
Impresionado pero no sorprendido.
ResponderEliminarEres un crack. Un abrazo